Desafíos y perspectivas para la Iglesia en Camerún

Fuente: FSSPX Actualidad

Al día siguiente de la 49ª asamblea plenaria de los obispos de Camerún, el presidente de la conferencia episcopal enumeró los desafíos que afronta su país y analizó las razones del malestar que afecta a Occidente y, con él, a todo un sector de la Iglesia.

"Nuestros seminarios están llenos y nuestras iglesias están llenas". Palabras que harían ponerse verde de envidia a más de un obispo del Viejo Continente y que el presidente de la Conferencia Episcopal Nacional de Camerún (CENC) confió al medio católico Crux, poco después de la Pascua de 2024.

Al comienzo de la asamblea de primavera de los obispos de uno de los principales países de África Central, el arzobispo de Bamenda habló sobre la próxima fase política: las elecciones presidenciales de 2025, al final de las cuales se debería nombrar un sucesor en sustitución de Pablo Biya, el actual jefe de Estado de 91 años, que ha reinado en el país durante más de 40 años.

“No soy solo presidente de la CENC, sino también presidente de su Comisión de Justicia y Paz”, especificó Monseñor Andrew Nkea Fuanya, que pretende “garantizar la transparencia del próximo proceso electoral”. Continuando con el plano político, Monseñor Nkea abordó a continuación la cuestión del separatismo asesino que corroe a toda una parte del país.

Desde finales de 2016, una guerra ha enfrentado a grupos armados independentistas contra fuerzas de seguridad en las regiones noroeste y suroeste, pobladas principalmente por la minoría angloparlante dentro de un país predominantemente francófono. El conflicto estalló después de que Paul Biya reprimiera manifestaciones de habla inglesa en regiones que se sentían marginadas por el poder central.

Desde entonces, el Jefe de Estado ha enviado tropas allí en masa. El conflicto ha dejado más de 6,000 muertos y desplazado a más de un millón de personas, según la ONG International Crisis Group (ICG). Esta última, en 2018, consideró que la Iglesia camerunesa seguía siendo el único actor capaz de promover el diálogo.

Una Iglesia que a menudo es blanco de ataques tanto de los separatistas como del ejército regular: "Estamos en el punto de mira porque nos negamos a tomar partido", confirmó Monseñor Nkea, quien desempeña este papel de mediación para "reconciliar finalmente a las poblaciones".

El arzobispo también cuestiona la distribución de la riqueza: “Camerún está lleno de muchos recursos naturales. Sin embargo, la situación económica no refleja lo que Dios nos ha dado, por lo que pedimos a los responsables de este sector que garanticen que los recursos naturales del país estén disponibles para todos los cameruneses", insistió Monseñor Nkea.

El país posee importantes yacimientos de mineral de hierro y de bauxita, pero también de metales raros como el cobalto y el níquel, utilizados en la producción de semiconductores, de gran importancia para el complejo estratégico-militar: suficiente para afilar los dientes de las grandes potencias cada vez más presentes en el región.

Pero donde el presidente de la CENC es más incisivo es en el tema de los valores progresistas y secularizados que vienen de Occidente y que intentan invadir África: "Nadie tiene derecho a imponernos cosas que van en contra de nuestra cultura y contra las enseñanzas de la Iglesia católica. Nunca aceptaremos ser influenciados por la cultura europea [NDLR]".

Monseñor Nkea añadió: "Dios no fue un tonto al crear hombres y mujeres. (…) Una pareja del mismo sexo no puede reproducirse, es una unión antinatural. (…) El ser humano dotado de razón que hace esto, hace una perversión". Comentarios episcopales que apenas son audibles para los oídos progresistas y que probablemente estén sancionados por la ley en muchos países europeos.

El presidente de la CENC rechaza, con toda el África negra, Fiducia supplicans y la bendición de las parejas ilegítimas en relación con el derecho eclesiástico y el derecho natural. Y cuando se le preguntó por el motivo del malestar que socava el Viejo Continente, Monseñor Nkea respondió sin rodeos: "Europa tiene demasiado dinero y demasiada libertad: tienen demasiado dinero y piensan que ya no necesitan a Dios. La libertad tiene sus límites. Aquí es donde Europa está cometiendo un error".

Cabe señalar que la población de Camerún es de aproximadamente 28 millones de habitantes, de los cuales el 36% son católicos, el 24% protestantes, el 35% musulmanes y el 5% animistas.